viernes, 27 de julio de 2012

Adictos al deporte.

 La mayoría de las personas  que realizamos algún tipo de actividad física, lo hacemos para mantenernos en forma y divertirnos. A su vez, y casi sin darnos cuenta, conseguimos mejorar notablemente nuestra salud (regula la presión arterial, previene lesiones en las articulaciones, mejoramos nuestros niveles de colesterol, y un largo etc...). En definitiva, el deporte debe ser una vía de escape a través de la cual debemos encontrarnos mucho mejor.
Cuando realizamos deporte se experimenta una sensación de bienestar, y la causante de todo esto es una hormona llamada Beta-Endorfina.
El ejercicio físico (tanto anaeróbico como aeróbico) es el que segrega dicha hormona. A mayor duración y mayor intensidad, mayor secreción de endorfinas.

La dopamina es una hormona y un neurotransmisor producido en nuestro sistema nervioso  que contribuye a generar el placer por el sexo, la comida  y las drogas, pero también puede causar un gran placer por el deporte. A su vez, es precursora de la adrenalina y de la noradrenalina.
Este conjunto de hormonas poseen propiedades similares a la morfina, como un mecanismo de defensa ante diversos estímulos. Principalmente actúan como analgésicos endógenos (se originan en nuestro interior).
Cuando la persona practica deporte de manera sistemática hasta extenuarse, el organismo comienza a producir estas sustancias para aliviar los síntomas, y esto le permite poder continuar el trabajo por más tiempo cada día. A medida que pase el tiempo demandaremos una mayor cantidad de estas hormonas para poder soportar el dolor y el cansancio. Sí, sí, habéis leído bien, necesitaremos cantidades cada vez mayores para lograr el mismo efecto; a este hecho se le conoce como tolerancia, de igual modo que si fuera alcohol o tabaco!
Todo esto lleva al desarrollo de una verdadera adicción a las endorfinas.
“El ejercicio, como el abuso de drogas, hace que se liberen en exceso neurotransmisores como las endorfinas o la dopamina, ligados a la sensación de recompensa”
Cuando se practica ejercicio en exceso puedes sufrir dependencia al ejercicio, que se caracteriza por una necesidad cada vez mayor de hacer deporte y cuando no se realiza, podemos llegar a sentir ansiedad o fatiga.
Las personas que tienen esta dependencia sienten, incluso, una necesidad o impulso imperioso de seguir ejercitándose a pesar de estar lesionados, cansados u ocupados con otros quehaceres.
La persona que siente el deporte como una obligación no disfrutará de su realización, sino que se mantendrá en alerta logrando acumular más estrés en vez de acabar con él.
Cuando esto ocurre, lo normal es que caigamos en el sobreentrenamiento y la fatiga muscular que puede derivar en lesiones o dolores crónicos de diferentes partes del cuerpo.

El ejercicio es sano por naturaleza pero cuando se hace de forma excesiva, lo sano se convierte en algo patológico.
El problema surge cuando hacemos del deporte y los entrenamientos nuestro modo de vida. Este paso puede ser más perjudicial para la salud que beneficioso.
Recordad, cualquier cosa en exceso es perjudicial, incluida el deporte. El 99% de nosotros no somos deportistas de élite, por lo que practiquemos deporte de una manera coherente.
Como diría una amiga mía: “la virtud está en el término medio”.
Un saludo.