viernes, 6 de julio de 2012

La importancia de elegir un calzado deportivo idóneo.

Las zapatillas deportivas son el material al que más importancia hay que darle a la hora de practicar cualquier actividad física.

Elegir correctamente el calzado idóneo para la actividad o deporte que vayamos a realizar es verdaderamente importante.
La mayoría de las veces que vamos a hacer ejercicio, no prestamos la suficiente importancia a la superficie, al tipo de calzado o a la forma de nuestro pie.


Todos hemos visto en televisión un anuncio en el que aparece un vendedor de una conocida tienda de deportes hablando sobre los diferentes tipos de pies y pisadas. Pues bien, aquí os explico por encima cuáles son éstas:

Pronadores = Tienden a juntar las piernas y a pisar con la parte más interna de la planta del pie. Predisposición a exagerar el movimiento de inclinación hacia dentro de los tobillos.

Supinadores = Tienden a separar las piernas a la hora de correr, y apoya la parte más externa del pie. Tobillo que presenta respecto a la pierna, una posición arqueada hacia afuera. Esta zona es la que recibe casi todo el impacto.

Neutros = No sobrecargan ni una ni otra parte, ya que la forma de pisar es totalmente plana. En este caso las piernas se mantendrán paralelas.

Pie Griego = el dedo índice es el más largo del pie.

Pie Egipcio = el dedo gordo es el más largo del pie.



Un sencillo test para comprobar nuestra pisada consiste en:

Colocarnos, preferiblemente descalzos, de pie con las piernas ligeramente separadas y los pies apoyados totalmente en el suelo. En esta postura, lo que haremos será flexionar las rodillas tres veces dejando que las piernas se muevan a su antojo. A la tercera flexión, lo que haremos será detenernos manteniendo la postura. Si hemos terminado con las rodillas pegadas somos pronadores. Si las piernas están más o menos juntas, pero no se pegan, seremos neutros, y si las piernas están muy separadas seremos supinadores.


Sobre las zapatillas recae el peso de nuestro cuerpo multiplicado por cuatro, y desde los pies se transmiten todas las vibraciones hasta la cabeza. Lo que un buen calzado deportivo debe lograr, es reducir ese impacto y, para conseguirlo, es imprescindible que tenga una buena amortiguación, evitando de esta forma lesiones del sistema óseo-articular.

A la hora de elegir un calzado deportivo adecuado, hay que considerar aspectos como:

1. Tipo de pie.
2. Tipo de pisada.
3. Tipo de actividad deportiva que se vaya a realizar.
4. Factor económico. En el mercado encontramos infinidad de zapatillas con un gran intervalo de precios. No tenemos que gastarnos una cantidad elevada de dinero para conseguir un calzado adecuado, pero tampoco irnos a las más económicas, ya que como os digo, es una inversión!


Necesitamos una zapatilla específica para cada deporte. Las zapatillas deportivas están diseñadas con los movimientos especiales del pie, tomando cada deporte en cuenta. Por ejemplo, los corredores necesitan más amortiguación en el ante pie. Las personas que caminan necesitan más apoyo en el talón del tenis, y los jugadores de baloncesto necesitan más estabilidad lateral.

Lo ideal es medir el pie en longitud, ancho y longitud de arco. También tenemos que tener en cuenta que los tamaños varían con cada marca y estilo.
Además de sustituirlos cada determinado tiempo.
Los expertos aconsejan que los corredores deben remplazar sus zapatillas cada 400 – 600 kms.


La recomendación es que las zapatillas de deporte no queden ni muy ajustadas ni muy amplias. Para comprobar si es la talla correcta, debe sobrar alrededor de medio centímetro entre el dedo más largo y la punta del calzado. Si quedan más grandes o están mal ajustadas se pueden producir desplazamientos que provoquen problemas con las uñas, falta de estabilidad y recalentamiento de la planta del pie, entre otros inconvenientes.

Asimismo, si por el contrario, la zapatilla te presiona en algún lugar en particular, y esa presión se produce de manera continua sobre el pie, lo más probable es que provoque endurecimientos, molestas ampollas, callos y quemaduras. Si bien, podrían llegarse a producirse consecuencias bastante más graves como: fracturas, esguinces, luxaciones o distensiones musculares.

El calzado deportivo es algo más serio que el llevar un adorno en el pie.

Un saludo.