Buenos días!
Siguiendo con la sección de falsos mitos deportivos, hoy quiero abordar aquél que dice que correr daña las rodillas.
Lo primero que habría que hacer es aclarar que aunque correr puede dañar la articulación de la rodilla, también puede hacerlo cualquier actividad dependiendo de su ejecución.
Me explico, todo depende del quién, cómo, cuándo y dónde…
Si tienes sobrepeso, una lesión en los meniscos y te vas a correr al asfalto más duro que encuentres, pues está meridianamente claro que correr va a dañar, aún más si cabe, tu maltrecha rodilla.
Aunque bien es cierto que correr no es precisamente un ejercicio indicado para todo el mundo, no existe relación alguna entre correr y los problemas articulares.
En condiciones “normales”, correr ayuda a prevenir el desgaste de las articulaciones y la aparición de artritis.
El movimiento que realizamos en cada zancada, favorece la fluidificación del líquido de las articulaciones y aumenta el flujo de nutrientes a los cartílagos, fortaleciendo notablemente nuestras rodillas.
Además de nuestras rodillas, otras articulaciones como los tobillos también se verán beneficiadas si practicamos running periódicamente.
La persona, la técnica, el lugar y las zapatillas son los 4 pilares básicos de la carrera.
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Un saludo y feliz semana a tod@s.